Traumatismos Faciales
Traumatismos Faciales
La causa más frecuente en nuestro medio son las agresiones y las caídas accidentales. Los accidentes de coche y moto han dejado de tener la preponderancia de épocas pasadas. Suelen producir diferentes tipos de fracturas faciales que pueden ser aisladas o combinadas (más frecuente). Las fracturas de mandibula condicionan una alteración estructural del hueso mandibular tras un traumatismo facial de diversa etiología. El paciente refiere maloclusión, dificultad para la masticación, dolor, inflamación y alteración de rebordes mandibulares. Suponen el 45 % de los traumatismos faciales. Las fracturas de tercio medio facial son aquellas fracturas que afectan al tercio medio facial, englobando en esta región el maxilar superior, los malares, los unguis, los huesos propios nasales, los cornetes inferiores, el vómer, los huesos palatinos, el etmoides y el esfenoides. Suelen asociar afectación de los tejidos blandos de la cara. Las fracturas del tercio medio facial suponen en torno al 10% de las fracturas faciales.
La clínica de estos tipos de fractura (Le Fort II y III) cursa con un gran edema facial, gran edema del espacio interorbitario, nariz aplanada con un pliegue cutáneo en la raíz, gran edema periorbitario con quemosis conjuntival bilateral (Existen grandes equímosis palpebrales y conjuntivales. Invariablemente se producirá una hemorragia nasal y hematomas cutáneos, y con frecuencia se podrá apreciar la crepitación cutánea reflejo del enfisema subcutáneo.. Hay maloclusión dentaria, mordida abierta anterior, con retrodesplazamiento del tercio medio facial que genera un falso prognatismo.
Las fracturas del complejo cigomático constituyen la tercera fractura facial en frecuencia, tras las fracturas de huesos propios de la nariz y las mandibulares. Son las que más se asocian a fracturas orbitarias.
Las fracturas de rebordes orbitarios se presentan aisladas o junto a otras fracturas del tercio medio como fracturas de huesos propios de la nariz, nasoorbitoetmoidales, fracturas del complejo cigomático o fracturas tipo Le Fort. Generalmente, la órbita se fractura por los puntos anatómicos más débiles, como los orificios de nervios supra e infraorbitarios o las suturas frontocigomática y nasofrontal.
Las fracturas panfaciales son aquellas que afectan desde el tercio superior al inferior facial. Ello implica la asociación de fracturas mandibulares, del tercio medio facial, complejo cigomático, región órbi- to-naso-etmoidal y frontal. Suelen ser inestables y muy desplazadas, con severa afectación de tejidos blandos. Suponen hasta el 20% de los traumatismos faciales. En el 50% de los casos son pacientes politraumatizados, presentando lesiones asociadas (neurológicas, oftalmológicas, ortopédicas, pulmonares…).